OBJETIVO

OBJETIVO:

Crear un espacio para el intercambio, la reflexión y el conocimiento, entre la comunidad educativa de la Universidad de Guadalajara en torno a la Licenciatura en Bibliotecologia y Gestión del Conocimiento y su aplicación en la sociedad contemporánea


miércoles, 30 de octubre de 2013

Misión del Bibliotecario

“ Misión del bibliotecario”  fue el discurso inaugural que José Ortega y Gasset leyó en el Segundo Congreso Internacional de Bibliotecarios de la International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA), en el paraninfo de la Universidad de Madrid, el 20 de mayo de 1935.
En Misión del bibliotecario (1935) sitúa lúcidamente la misión personal y profesional del bibliotecario y nos ofrece un recorrido histórico y crítico sobre los orígenes y el desarrollo del libro, las bibliotecas y la vocación profesional bibliotecaria.
Con gran visión de futuro, Ortega y Gasset supo entender los problemas a los que se enfrentaría, cada día con más urgencia, el bibliotecario en su misión y en sus tareas.  “Hasta ahora _decía el filósofo y escritor español_ el bibliotecario se ha ocupado principalmente del libro como cosa, como objeto material, “desde hoy tendrá que atender al libro como función viviente”.
Anunciaba: “Tendrá el bibliotecario del porvenir que dirigir al lector no especializado por la selva selvaggia de los libros y ser el médico, el higienista de sus lecturas”.
Con gran discernimiento, el ensayista señaló  que “no sólo hay ya demasiados libros, sino que constantemente se producen en abundancia torrencial” y que “muchos de ellos son inútiles o estúpidos, constituyendo su presencia y conservación un lastre para la humanidad, que va de sobra encorvada bajo sus otras cargas”.
Por todo ello, Ortega y Gasset recomendaba como una de las misiones esenciales del bibliotecario la que tenía que ver con la organización y reglamentación de la biblioteca y, en un sentido más amplio, con la organización misma de la producción, control y conocimiento del libro.
Dicho hace más de setenta años, lo que hoy es una exigencia imperativa cuando no una realidad en la profesión bibliotecaria, lo que asienta entonces Ortega y Gasset cobra ahora, y más que nunca, su carácter pionero y visionario.
Visión que está presente en los programas educativos de Educación Superior de la Universidad de Guadalajara, extendiendo su cobertura en las modalidades  de educación a distancia y su Sistema de Educación Virtual,   y reestructurando , a partir del semestre 2013-B,  el programa curricular de Licenciatura en Bibliotecología, a Licenciatura en Bibliotecología y Gestión del Conocimiento, donde se manifiesta una evolución del  concepto del profesional de la información y su perfil de egreso, acordes  con "la atención del libro como función viviente" y  con "no solo hay demasiados libros, sino que ... se producen en abundancia torrencial..."  con lo que se contribuye a una formación personal y profesional de los futuros bibliotecólogos de una forma integral y plenamente actualizada.
Esto se ha proyectado,  desde mi punto de vista, complementando la  carga curricular con el Concepto de Gestión del Conocimiento e incluyendo explícitamente las  materias  de Alfabetización Informativa, Fomento a la Lectura, Gestión de Comunidades e innovación, entre otras. Bien por la UDG

martes, 29 de octubre de 2013

El Profesional de la Bibliotecología Hoy

Pienso que resulta indispensable, para quienes iniciamos esta ruta profesional,  reflexionar sobre el papel y la responsabilidad que adquirimos al formarnos como profesionales de la Bibliotecología y Gestión del Conocimiento, es decir: ¿Por qué elegimos esta profesión? ¿Qué expectativas tenemos sobre nuestra futura profesión? ¿Cuál es la responsabilidad social que tenemos o tendremos como bibliotecarios, administradores de bibliotecas, museos, archivos o  incluso como educadores?
Esta reflexión, me parece,  debe basarse en una visión objetiva y crítica de la realidad social y cultural, tanto de nuestro país , como del mundo en general:  la importancia y presencia  de las bibliotecas en nuestro entorno , su papel como espacios educativo y de difusión de la cultura, sus potencialidades en el desarrollo humano y otras consideraciones.
Sin embargo, de manera concreta, podemos rescatar cuatro  aspectos esenciales de las competencias profesionales del personal de una biblioteca: capacidad  de planificación y  organización de las tareas y procesos,  competencias comunicativas, habilidades sociales,  así como una adecuada disposición y/o actitud, hacia el aprendizaje permanente y el cambio.
Por otro lado, la  presencia de las TIC,  en todos los ámbitos de la estructura económica y social, hacen imprescindible  que el personal de las bibliotecas posea  las competencias necesarias para manejar con eficiencia estas herramientas y recursos, como  parte importante del perfil requerido hoy en día.
En suma, es indispensable que el profesional de la bibliotecología, futuro  capital humano de las unidades de Información, se involucren en procesos de  mejora continua y aprendizaje permanente,  por sus características de trato humano, servicio a la comunidad y una  necesidad de constante innovación, que la sociedad actual demanda.
En ese sentido,  los próximos años, tanto  los bibliotecarios como  los docentes de todos los niveles educativos tienen el reto de concientizar cada vez más a las autoridades y a los usuarios sobre la importancia de las bibliotecas en  el desarrollo de las habilidades informativas y sobre todo, en el  reconocimiento del rol que cumple el bibliotecólogo, pues aún prevalece,en muchos contextos,  una imagen distorsionada de este profesional, desconociendo que para serlo, se necesita un alto grado de especialización, tanto en las técnicas bibliotecarias y documentales, como en los procesos de generación y gestión del conocimiento, al mismo tiempo que una formación ética adecuada, acorde a los nuevos requerimientos de  la sociedad.